viernes, 28 de marzo de 2014

Orígenes y formación del latín.

Junto con las hablas osco-umbras, el latín constituye el llamado tronco itálico, cuya ascendencia es indoeuropea. El latín solo nos es conocido por testimonios del siglo III a.C., cuando ya se encontraba en un estado muy avanzado de evolución. Las hablas latinas (siglo VII a.C.)  ocupaban el curso inferior del Tiber, hasta los Apeninos y los montes Albanos, y estaban rodeadas por el etrusco (al norte) y osco-umbro (al nordeste, este y sur). Al parecer, estas hablas latinas serían restos de una invasión itálica, reducida a un pequeño territorio por el avance etrusco y por una larga onda osco-umbra. La penetración etrusca se conoce porque al sur del dominio, rodeado por los etruscos, se encuentra el dialecto falisco, de carácter latino. Cuál fuera el carácter de las hablas latinas en esta época primitiva es algo difícil de señalar; sin embargo, el habla de Penestra puede dar cierta idea de lo que sería el dialecto de una pequeña ciudad de Lactio. Se ve como las hablas locales diferían de la de Roma, pero no podemos tener una teoría completa del latín. El latín por excelencia es el de Roma, y en Roma se piensa cuando se habla del latín. Sin embargo, numerosos rasgos dialectales de aceptaron en le propia Roma.

Fuente: Enciclopedia Acta 2000.

La propagación de la lengua y la expansión de Roma.

La expansión latina comienza en el siglo V a.C.  con la ocupación de la Plaza Etrusca de Veyes; en el 340 a.C. intervino Roma en la ayuda de Capua contra la liga latina y extiende su dominación a casi toda la Italia meridional. En el siglo III a.C. Roma había conseguido, bajo su mando, la unidad de todas las tierras de la Península: desde Arno hasta Mesina. Las guerras púnicas pusieron a prueba el temple de Roma; después de Cannas se sublevan los pueblos itálicos, que son sometidos para siempre a raíz de la batalla de Zama. Sin embargo, Roma tuvo que claudicar ante ellos concediendo la ciudadanía romana (Lex Julia de civitate) a los pueblos que le habían sido fieles. La expansión hacia el norte empieza en el año 222 a.C.  con la ocupación de Milán y se termina alrededor del 191 a.C. con la destrucción de Boyos. Los ligures se sometieron el 180 a.C. la Galia trasalpina se conquistó rápidamente tras un periodo de tanteo; la colonia focense de Massilia (Marsella) pidió el 154 a.C. la ayuda de Roma contra los ataques lígures; durante todo ese siglo II se fueron estableciendo defensas en la Galia meridional, hasta tal punto, que la provincia Narbonensis se convirtió en la provincia por excelencia (Provenza). El resto de la Galia fue ocupado por Cesar del 59 a.C. al 51 a.C.  y llegó a ser un emporio de romanidad en la que eran famosos los estudios romanos de Augustodunum  y  Augusta Trevirorum. En el año 226 a.C. los romanos pusieron pie en Hispania (segunda guerra púnica) como aliados de Sagunto, pero la sumisión real de Hispania no se logró hasta 26-18 a.C. bajo el imperio de Augusto. En el 74 d.C Vespasiano concedió la ciudadanía latina a los hispanos y ellos dieron a Roma Emperadores como Trajano y Adriano,  poetas como Lucano y Marcial, Filósofos como Séneca. Los confines del imperio en el Danubio quedaron señalados por la ocupación de Retia, Panonia y Vindelicia (15 a.C);  Dalmacia se conquisto el 167 a.C. y se convirtió en provincia el 59 a.C . Por último, con Trajano, Roma se apoderó de Dacia (101-107) y allí dejó los gérmenes de su lengua, hoy viva.

Fuente: Enciclopedia Acta 2000.


jueves, 27 de marzo de 2014

La romanización.

La romanización es el proceso por el que la cultura romana se implantó en la Península Ibérica. Los romanos llegaron a Hispania para combatir con los cartagineses, pero no para conquistar Cartago.
Además del interés militar, Roma quiere reconstruir el imperio económico griego y además en la Península hay abundantes materiales que no hay en Italia (oro, plata, cobre, madera, esparto...). La Península puede ceder miles de soldados al ejercito romano, a los que interesa dominar las zonas productoras de cereales para alimentar al ejercito.
Como consecuencia de la primera guerra púnica, en el año 226 a.C, Roma y Cartago firmaron un acuerdo para repartirse su influencia en el territorio de Hispania: Roma al norte del Ebro y Cartago al sur.
En el 218 a.C. los romanos desembarcaron en Ampurias.  La conquista duró doscientos años, tuvo lugar la adaptación del modo de vida romano, la romanización. Esto supuso un cambio en la lengua, la religión, el urbanismo, el comercio, las constumbres...
La cultura  romana tuvo mayor influencia en el sur y el sureste, por el contrario, los pueblos del Norte y del interior sufrieron una influencia mucho menor.
En conclusión, la romanización de Hispania fue un proceso lento, difícil y completo, aunque no llegó al norte todavía quedan huellas arquitectónicas, culturales a pesar de los siglos transcurridos y que pueden contemplarse en toda la península, algunos mejor conservados o restaurados y otros en su estado primitivo.

Fuente: http://mayores.uji.es/documentos/romanizacion.pdf

Globalización gastronómica.

Los romanos se encargaron de impulsar el movimiento de la globalización también en el ámbito de la gastronomía. Ésto se llevó a cabo gracias a las numerosas vías de comunicación que se construyeron durante el Imperio. Fue así como se pusieron en contacto muchos lugares y se pudo probar comida de otros sitios.

En el siglo II a.C. los romanos se adentran en Asia Menor y se dejan influir por numerosos aspectos culturales, pero sobre todo tomaron influencias de las cortes griegas de Oriente. De entre las muchísimas cosas que descubrieron, destaca, el Arte Culinario (Ars Magírica; del griego: Magiros); pero el hecho de trasladar a los magníficos cocineros griegos, que tanto deslumbraron a los romanos, hasta su Imperio, para que se desarrollará así en sus territorios el arte gastronómico que Grecia poseía, resultaba muy costoso. Surgió entonces, a consecuencia de ésto último, la asimilación y conservación de las culturas de los pueblos que estaban bajo el dominio del Imperio, por parte de los romanos, a la vez que se insistió en trasladar las costumbres gastronómicas de un lugar a otro, de tal modo, que el Imperio romano se iba haciendo cada vez más grande y rico, en cuanto a la gastronomía se refiere. La cocina iba cobrando importancia a medida que se iba expandiendo a lo largo del Imperio, se iba popularizando y todo ésto hacía que los sueldos de los cocineros cada vez fueran más elevados.

Aunque la comida de Grecia fue una de las musas principales para los romanos, no se pasaron por alto otros lugares de los que también sacaron beneficio, lugares a los que se llegó gracias a la expansión comercial, entre los numerosos descubrimientos gastronómicos que se dieron, destacan: los dátiles, procedentes de Egipto, las ostras de Tarento, el importantísimo ''garum'' que procedía de Carthago Nova, etc. Los romanos no tenían ningún problema en pagar el altísimo precio que se pedía por adquirir algunas de las ''delicatesen'' que se acaban de citar, entre otras muchas, porque si por algo caracterizaba esta época romana de plena globalización, era la variedad comercial de productos alimenticios.

Fuentes:
  • http://www.eltriangular.info/gastronomia/roma-la-globalizacion-de-los-sabores
  • http://www.laalcazaba.org/cocina-y-gastronomia-romana-por-jose-manuel-mojica-legarre-escritor-amo-y-senor-de-los-fogones/





La política y las leyes romanas.


La historia romana me parece especialmente interesante porque los romanos tenían el sentimiento y el proyecto de extender su dominio sobre el conjunto del mundo habitado.

El derecho romano reguló todos los aspectos de la vida romana. Supieron adecuarlo a los cambios
 de la época monárquica y se transformó  en ese derecho que le dio la oportunidad a la gente de ser incluyente y perdurar hasta la actualidad y encontrarse en las legislaciones de muchos países del mundo.
Ya con sólo reformar sus derechos, es decir, las leyes, se vio la intención globalizadora.
Retomando el término griego “ecumene” se presentaron como el gobierno de esta.
Y Roma aportó a esta ecumene la “pax romana”, que es un elemento ligado a la globalización.
Este periodo de Pax Romana tuvo su máximo apogeo durante la dinastía de los Antoninos.
El término antonino proviene no del primer emperador de la familia, sino de Antonino Pío. Ha retenido esta forma porque el reinado de este monarca es el mejor modelo y reúne las características de los demás reinados.”….” al parecer los herederos fueron elegidos por parte de los gobernantes y ninguno de ellos tuvo descendencia, pero resultaron ser tan capaces de gobernar como sus predecesores  resultando los cinco buenos emperadores. Ellos llevaron  al Imperio romano  al apogeo de su poderío y estabilidad ante los problemas que aparecieron en esos últimos diez años.
Otro de los grandes cambios surgidos durante el Imperio romano fue  La “Constitutio Antoniniana” de Caracalla 212 d.C. Extendió la ciudadanía a todos los habitantes del imperio. Caracalla fue un monarca se presento como uno protegido por los dioses, un hombre de consenso y restaurador del orbis romanus.

Emperador Caracalla.

Desde la concesión de la ciudadanía romana a todos los miembros del imperio tuvo una imagen conquistadora y unificatoria como Alejandro Magno, que fue el modelo de él desde joven.
Trataba de conseguir la unificación política y jurídica a través de una ciudadanía universal.
Tiene una profunda conexión con el monarquismo militarista de Alejandro. Podemos decir que continuó lo que Alejandro Magno dejó a medias.
Tuvo también influencias  del  Emperador Marco Aurelio,que decía: “Es menester ante todo referir a la divinidad las causas y motivos (de nuestros hechos); también yo tendría que dar gracias a los dioses inmortales porque con la presente victoria me honraron y guardaron salvo. Así, pues, creo de este modo poder satisfacer con magnificencia y piedad su grandeza al asociar al culto de los dioses a cuantos miles de hombres se agreguen a los nuestros. Otorgo (pues) a todos cuantos se hallen en el orbe la ciudadanía romana, sin que quede nadie sin una ciudadanía, excepto los dediticios. En efecto, conviene que todos, no sólo contribuyan en todo lo demás, sino que participen también de la victoria. Y esta constitución nuestra manifiesta la grandeza del pueblo romano, etc “.


Fuentes:
(Fuente_ www.edictum.com.ar/.../prof.%Militza%20Montes%20Lopez.doc)
(Fuente: http://www.globalizacion.org/opinion/LeGoffCultura.htm.)
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Paz_romana)
(Fuente : www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-54552000002200001&script...)

domingo, 23 de marzo de 2014

Comercio en el Mare Nostrum.

Fue, sobre todo, a través del mar como las diversas regiones romanas cambiaron sus productos. No se conocen con precisión los caminos pero si se sabe cuáles eran los grandes puertos comerciales y algunos puntos por los que era imposible no pasar: tales son los Bósforos y el Helesponto, el estrecho de Mesina.
Las grandes direcciones del comercio marítimo han sido del este al oeste (y viceversa) y hacia los principales puertos de la península Itálica. En Oriente, las líneas comerciales mas importantes eran de norte a sur. 
Al Emportum, el puerto de Roma, llegaban los cargamentos de las regiones del Imperio, los cuales habían sido transbordados en Ostia.
Pero el Mediterráneo no era el único dominio marítimo que ocupó entonces un lugar en la economía del mundo romano. Esa economía desbordaba por el oeste y por el noroeste sobre el Atlántico y los mares del norte europeo; por el sudeste, sobre el océano Índico. En una y otra dirección, la actividad comercial fue muy amplia.


Principales rutas comerciales marítimas en el Mediterráneo.
























La navegación romana. Facultad de Geografía e Historia. Vicente Peris.

Economía y comercio.

A principios del siglo III llega el momento máximo de expansión del Impero romano  y la explotación de la agricultura en sus regiones mas extremas. Las provincias del Imperio prosperaron. Un indicio claro son las exportaciones de aceite y vino.- El aceite fue uno de los principales productos exportados ya que su consumo era enorme, pues se usaba no solo para la alimentación si no también para la higiene personal y la iluminación-. La riqueza del Imperio romano se basaba casi por completo en la tierra, ni si quiera la actividad comercial, ni por supuesto la industrial, pudieron equipararla en cuanto a producción de riqueza. Para las ciudades costeras, aun así la actividad comercial era fundamental.

Atlas culturales del mundo.
Roma antigua. Anna María Liberati y Fabio Bourbon.